Caso Clínico
Compresión de baja elasticidad
para lesiones traumáticas en contexto de insuficiencia venosa
Raúl Sánchez Basilio1.
1Enfermero
especialista en Enfermería Geriátrica. Residencia de Mayores Virgen del Prado.
Hospital General Ntra. Sra. del Prado. Talavera de la Reina, Toledo. España.
Correspondencia
Raúl
Sánchez Basilio.
Correo
electrónico: rmelquisedec@hotmail.com
(Recibido:
05/10/2018. Aceptado: 29/11/2018)
RESUMEN
La patología venosa crónica es altamente prevalente en el ámbito
sociosanitario y supone la causa directa de lesiones complejas en miembros
inferiores o empeora el pronóstico de otras lesiones producidas principalmente
por traumatismos.
Este caso clínico describe el abordaje de dos lesiones producidas
por la retirada de un apósito adhesivo en un varón de 92 años que acude al
Centro de Día de una residencia mixta pública.
Una vez constatado el contexto de insuficiencia venosa crónica y
evidenciado que los apósitos no eran capaces de manejar el exudado y que no se
estaba produciendo la cicatrización en un tiempo adecuado, se decidió aplicar
compresión terapéutica de baja elasticidad además de la cura húmeda.
Las lesiones originales cicatrizaron en unos 30 días después de
iniciar la terapia compresiva, pero el cuadro clínico se alargó 10 días más por
la aparición de una flictena secundaria a un vendaje que había sido realizado
con venda de crepé. El abordaje de la insuficiencia venosa (patología de base
que no había originado las lesiones, pero podría haberlas cronificado) mediante
compresión terapéutica aplicada con vendas de baja elasticidad, fue el factor
clave en la resolución de este caso.
PALABRAS CLAVE
Insuficiencia
Venosa; Heridas y lesiones; Vendajes de compresión; Educación en Salud
SUMMARY
Chronic venous pathology is highly prevalent in the socio-health sector
and is the direct cause of complex lesions in the lower limbs or worsens the
prognosis of other injuries produced mainly by trauma.
This clinical case describes the approach of two injuries produced by
the removal of an adhesive dressing in a 92-year-old man who goes to the Day
Center of a public mixed residence.
Once the context of chronic venous insufficiency was verified and it was
evidenced that the dressings were not able to handle the exudate and the
healing was not taking place in a suitable time, it was decided to apply
therapeutic compression of low elasticity in addition to the wet cure.
The original
lesions healed in about 30 days after starting compression therapy, but the
clinical picture was lengthened 10 days longer by the appearance of a secondary
phlyctena due to a bandage that had been made with crepe bandage. The approach
of venous insufficiency (base pathology that had not originated the lesions,
but could make them chronic) by therapeutic compression applied with low
elasticity bandages, was the key factor in the resolution of this case.
KEYWORDS
Venous
insufficiency; Wounds and injuries; Compression bandages; Health Education
La comprensión de las consecuencias que rodean al fallo
en la circulación venosa a nivel de los miembros inferiores es crucial para el
establecimiento de medidas terapéuticas acertadas. Si no tenemos claro que el
principal problema no es la lesión, sino el fallo circulatorio, nos perderemos
en la aplicación de costosos tratamientos de dudosa costo-eficiencia. En este
contexto, el desafío principal consiste en la mejora del retorno venoso,
Aunque una lesión no tenga como mecanismo etiológico
directo la insuficiencia venosa, si esta está presente, puede dificultar el
proceso de cicatrización. Por ello, considerando la elevada evidencia que
respalda el uso de la terapia compresiva para el tratamiento de úlceras venosas
(4,5), el abordaje de lesiones traumáticas en MMII afectos de insuficiencia
venosa también debe incluir la compresión como parte fundamental del
tratamiento siempre que no haya contraindicaciones.
Los sistemas de compresión de baja elasticidad destacan
porque ejercen elevada presión de trabajo durante el ejercicio, baja presión
durante el reposo, optimizan el efecto de la bomba muscular, se toleran muy
bien y son muy seguros (5, 6).
En la práctica clínica aún es habitual encontrar pacientes
con signos de insuficiencia venosa que presentan lesiones en MMII que no son
tratados con terapia compresiva, bien porque los profesionales no la consideran
parte del tratamiento, bien porque el paciente no la acepta. Hemos considerado
adecuada la elaboración y difusión de este caso clínico para recordar la
importancia que tiene el abordaje de las patologías subyacentes, tanto si son el factor etiológico directo que ha
producido las lesiones como si no, puesto que seguramente estén interfiriendo
en su resolución.
Caso
clínico
Se presenta el caso de un varón de
92 años, usuario del centro de día de una
residencia de mayores pública mixta que atiende, en sus necesidades básicas, a
personas con un grado de dependencia leve/moderada que regresan a su casa
durante la noche y los fines de semana y que reciben atención de enfermería en
su Centro de Salud de referencia.
El paciente, que sufrió hace 10 años una tromboflebitis en
el miembro inferior derecho (MID), estaba siendo curado con un apósito
hidrocoloide en el Centro de Salud por una pequeña lesión en esa pierna. Una
noche en su casa se lo retiró bruscamente, produciéndose dos nuevas lesiones.
El paciente siguió acudiendo a su Centro de Salud para la
realización de las curas de las nuevas lesiones durante dos semanas, pero ante
la imposibilidad de hacerlo con la frecuencia necesaria, por mal control del
exudado (los apósitos de espuma de poliuretano que se estaban utilizando se saturaban
en menos de 24 horas), se decidió que el personal de enfermería de la
residencia de mayores, asumiera el caso (previo conocimiento y consentimiento
del paciente, médico de familia y enfermera comunitaria).
Anamnesis
Paciente,
varón de 92 años, independiente para casi todas las actividades básicas de la
vida diaria, con un Índice de Katz C (dependencia en baño e incontinencia).
Deambulaba con andador y relativa dificultad, presentando riesgo de caídas
(Downton: 3). Seguía una dieta adecuada y tenía buen apetito, sin problemas
nutricionales aparentes (MNA en el cribaje: 12); además de un buen soporte
social (Apgar Familiar: 10/10), sin deterioro cognitivo ni alteraciones aparentes
de la afectividad (MEC: 30/35) (GDS-15: 3/15).
Padecía
Diabetes Mellitus Tipo II, HTA, Obesidad, Dislipemia, Tromboflebitis en MID
hace 10 años e Insuficiencia Venosa Crónica en el otro miembro inferior (sin
más datos). Intervenido de cataratas
bilaterales (2003 y 2005), colecistectomía (2010) y fractura de cadera derecha
(2000). Refería sedentarismo por limitación de la movilidad (gonalgia
bilateral), pasando largos ratos sentado. No era fumador ni bebedor.
Estaba
en tratamiento farmacológico con: Clopidogrel, Enalapril, Insulina Glargina e
Insulina Glulisina de rescate.
Presentaba dos lesiones de 8.5 x 3,7cm y 2,2 x 1,3cm en
el tercio distal del MID a ambos lados de la tibia, con tejido de granulación
sano, sin esfacelos ni tejido desvitalizado y sin signos aparentes de infección,
pero con un elevado exudado, en su mayor parte debido al edema que afectaba al
miembro. Los bordes de la lesión se presentaban ligeramente macerados por la
humedad constante a la que se encontraban expuestos. Estas lesiones tenían una
antigüedad de 13 días y el paciente insistía en que no mejoraban. Igualmente
presentaba signos de insuficiencia venosa en el miembro inferior izquierdo
(MII), sin ningún tratamiento.
El
paciente no usaba medias de compresión porque decía que “las que me mandaron
hace años no las soportaba”, y aunque las lesiones recidivaban con frecuencia
“siempre son pequeñas”.
Exploración y pruebas complementarias
En
la exploración, presentaba en ambos MMII pulso pedio (débil) y tibial posterior
presente. No refería dolor ni otros síntomas de compromiso arterial. Refería
sensación de cansancio, piernas pesadas y prurito de predominio nocturno.
Presentaba edema, dermatitis ocre y varices. Se consideró una Clasificación
CEAP 5, ya que presentaba ulceraciones venosas cicatrizadas y las lesiones activas era traumáticas.
El
índice tobillo-brazo del MID fue de 1.02 y el del MII de 1,03, confirmando la
ausencia de enfermedad arterial periférica.
Diagnóstico
Con
todos estos datos se llegó a la conclusión de que se trataba de lesiones de
origen traumático debidos a la retirada de un apósito adhesivo en el contexto
de una Insuficiencia venosa crónica en el MID. El MII presentaba signos y
síntomas de patología venosa crónica y no se sospechaba patología arterial en
ninguno de ellos.
Tratamiento
Para
poder realizar un adecuado abordaje integral que tuviese en cuenta todos los
factores que podían interferir en la cicatrización de las lesiones, las intervenciones
fueron seleccionadas en base al acrónimo DOMINATE Wounds. Se estableció un
desbridamiento autolítico mediante cura húmeda. Se realizó el control del edema
con la aplicación de terapia compresiva, reduciendo el drenado y controlando la
humedad en la lesión con apósitos absorbentes (foams inicialmente pautados en
atención primaria y alginato al acabar estos). La lesión no presentaba signos
de infección, ni malignidad. En el cribaje nutricional el paciente no
presentaba riesgo de malnutrición, aunque se proporcionaron consejos dietéticos
para diabéticos como refuerzo educacional. Se realizó educación sanitaria
relativa al control de la diabetes, recomendándole paseos cortos cada hora.
La
pauta de cura establecida incluía:
• Para la higiene del MID se
usaban toallitas 3 en 1 de higiene sin aclarado. La higiene del otro miembro se
realizaba a diario, como parte de la higiene habitual del paciente.
• Tras la limpieza, se
hidrataban ambos MMII en cada cura con crema hidratante con urea al 10%.
• Para la cura de las
lesiones, inicialmente se respetó la pauta propuesta por la enfermera comunitaria
(con apósitos tipo foam) para no generar una ruptura de confianza entre el
paciente y su enfermera, pero no se conseguía una adecuada gestión del exudado.
• El vendaje del MID se
realizaba con tres vendas de baja elasticidad que se cambiaban cada 48 horas de
lunes a viernes y cada 72 al llegar el fin de semana (Figura 1). En primer
lugar, se colocaba venda de algodón igualando perímetros de la extremidad y
seguidamente se aplicaban las vendas de baja elasticidad sin ejercer tensión.
Primero una de 8 cm de ancho, desde la raíz de los dedos hasta la zona
maleolar, seguida de una de 10 cm desde los dedos hasta donde llegase y una
tercera, también de 10 cm, desde el tobillo hasta la parte superior de la pantorrilla.
Dichas vendas se reutilizaban con el mismo paciente tras lavarlas y secarlas
adecuadamente.
• La compresión con baja
elasticidad se acompañó de educación sanitaria para que el paciente
comprendiese la necesidad de mantenerse todo lo activo que pudiera, realizando
cortos pero frecuentes paseos por el centro residencial o por su casa (al menos
cada hora) y se le pidió que realizase movimientos con el tobillo “como acelerando
el coche” cuando se encontrase inmóvil o sentado para así activar la bomba gemelar.
• Se le reforzó
positivamente para que siguiese manteniendo un adecuado control metabólico, y
se le recordaba la importancia de la dieta como parte fundamental del
tratamiento.
• En cada cura se le
explicaban al paciente los beneficios de la compresión. También se le hacía ver
la relación que dicha compresión tenía con la mejoría que estaba
experimentando. Con ello intentábamos facilitar la adherencia al futuro
tratamiento con medias de compresión (7).
Figura
1: Vendaje compresivo con 3 vendas de baja elasticidad.
Evolución
A
las 48h de iniciar la terapia compresiva con vendas de baja elasticidad ya se
observaba una adecuada contención del edema y, con ello, del líquido que drenaba
la lesión (Figura 2).
Figura
2: Evolución tras 48h de Terapia compresiva.
Como
el apósito de espuma de poliuretano no era capaz de gestionar adecuadamente el
exudado, a los 10 días se decidió cambiarlo por alginato, y se comprobó que
este gestionaba mejor el exudado y mantenía los bordes de la lesión en
condiciones idóneas para la epitelización.
A
las dos semanas de iniciar la terapia de compresión en la lesión mayor se había
producido una disminución de la superficie superior al 50% (5,2 x 1,3cm) y la
lesión menor ya había cicatrizado (Figura 3).
Figura
3: Evolución de las lesiones a las 2 semanas de tratamiento.
A
los 22 días del inicio de la terapia de compresión hubo que utilizar venda de
crepé al no estar limpias y secas las vendas de baja elasticidad (y no disponer
de más en el centro). En la siguiente cura se apreció una ampolla en la zona
perimaleolar externa de unos 3 x 3 cm, que se desbridó y se curó con alginato
(Figura 4). El resto de los vendajes se siguieron realizando siempre con baja
elasticidad.
El
paciente destacó el mayor grado de confort que experimentaba con las vendas de
baja elasticidad en comparación con el vendaje de crepé.
Figura 4: Evolución a los 22 días.
Aparición de ampolla por roce de venda de crepé.
La
cicatrización de las lesiones iniciales se produjo en torno a los 27 días de
iniciar los vendajes con baja elasticidad (Figura 5).
Figura 5: Evolución a los 27 días
de inicio de tratamiento con Terapia compresiva.
La
lesión iatrogénica producida por el vendaje tuvo una rápida resolución y
cicatrizó sin complicaciones en torno a los 10 días de su aparición. (Figura 6)
Tras
la resolución de las lesiones se recomendó el uso de medias de compresión. El
paciente se mostró colaborador en todo momento y en el momento de remisión de
este caso para su publicación, unos 6 meses después de cicatrizadas las
lesiones, todavía usa unas medias de clase 2 que puede soportar, sin que se
hayan producido recidivas.
Figuras 6: Resolución
de la lesión iatrogénica a los 10 días de su aparición.
Discusión
Este
caso confirma la importancia capital de la compresión en el tratamiento de la
insuficiencia venosa crónica y de sus consecuencias, ya sea la aparición de una
úlcera venosa o el retraso en la cicatrización de una lesión de origen
traumático.
La
contención del edema desde el primer momento que se aplica la compresión con
vendas de baja elasticidad es satisfactoria, permitiendo espaciar las curas y
mejorar tanto el confort del paciente como la eficiencia del tratamiento
aplicado, sobre todo al poder reutilizar las vendas en el mismo paciente tras
lavarlas y secarlas, sin que estas pierdan sus propiedades.
Las
lesiones, que en los 13 días anteriores al inicio de la terapia compresiva no
habían mostrado ninguna progresión y presentaban un altísimo exudado, han
cicatrizado en un tiempo adecuado y sin complicaciones. Esto demuestra la
efectividad, seguridad y buena tolerancia de la terapia compresiva ejercida con
materiales de baja elasticidad. Estos hallazgos están en consonancia con lo
expuesto en el último Documento de Consenso de la CONUEI (5).
A
pesar de que la última Revisión Sistemática Cochrane concluye que no hay
suficiente evidencia que demuestre que el uso de un determinado tipo de apósito
aumente las probabilidades de cicatrización de las úlceras venosas, en este
caso los apósitos de alginato han conseguido gestionar el exudado mejor que los
apósitos de espuma de poliuretano, por lo que pensamos que también han podido
desempeñar un papel importante en la resolución de este caso.
Igualmente
se destaca la importancia de realizar una correcta técnica de vendaje con
materiales adecuados que, en lugar de ayudar a aplicar una compresión
terapéutica, pueden ocasionar lesiones iatrogénicas que compliquen y prolonguen
el proceso.
Conclusiones
El abordaje de la insuficiencia venosa (patología de base que no
había originado las lesiones pero podría haberlas cronificado) mediante
compresión terapéutica aplicada con vendas de baja elasticidad es el factor
clave en la resolución de este caso.
El paciente refiere mayor confort cuando la
compresión se realiza con vendajes de baja elasticidad que cuando se recurre a
vendas de crepé, especialmente durante la noche cuando está tumbado en la cama.
La compresión terapéutica con vendas de baja elasticidad mejora el
retorno venoso, disminuye el edema y permite la cicatrización de las lesiones
en un tiempo adecuado. Todo esto contribuye a aumentar la confianza del
paciente en el equipo sanitario que le atiende y ayuda a que comprenda la
importancia del tratamiento compresivo, lo cual facilita la adherencia al
posterior tratamiento con medias de compresión.
Conflicto de intereses:
El autor declara que no presenta conflictos de intereses relacionados con este caso.
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